"Caretaker" | mixed media on clay | 29.5" x 20.5" x 5.5"

Connie Lloveras:  Palabras Mudas

Ensayo de catálogo para exposición retrospectiva 1990 a 2000
Museo de Arte Contemporáneo, Panamá
Por Carol Damian, ex directora del Museo de Arte Frost

El uso de imágenes reconocibles y del simbolismo para crear formas de representación con significados personales en común a todos los periodos de producción artística. Durante las muchas etapas de la historia del arte se ha desarrollado un repertorio simbólico que es complejo y significativo tanto a nivel individual como universal. Por ejemplo, la forma de una cruz, casa, pirámide, circulo, flor u hoja puede ser un simple instrumento artístico o estar cargado de significados que cambian según el tiempo y el lugar. El arte es tanto un lenguaje, como un vehículo de comunicación. Es una reflexion y a menudo una confesión intima de las experiencias de la vida. 

Connie Lloveras usa el arte como un reflejo de sus sentimientos y experiencias mas intimas. Ella ha desarrollado su propio vocabulario artístico de símbolos como un volver a una imaginaria de contenido mas explícito que combina hilos del expresionismo, surrealismo, pintura de nueva expresionismo, surrealismo, pintura de nueva imagen y construcción en técnica mixta en obras que van desde lo bi-dimensional hasta el relieve y la escultura. Al concebir la creación de sus obras valiéndose de multiples técnicas, ella explora también el papel de los materiales como indicadores de contenido. La acrílica no solo es una sustancia de grandes valores rituales e históricos que proviene de la Tierra para producir, figuras que van desde lo real a lo fantástico, y formar estructuras domesticas y religiosas que son tanto temporales como eternas. También es un material maleable y apto de increíble diversidad en textura y forma. La pintura ha sido usada para trazar superficies y transmitir mensajes visuales por miles de años. La escultura puede ser modelada de una multitud de materiales y juega un papel en la sociedad que va desde una artesanía hasta el mas respetado documento histórico, propagandístico o religioso. Connie Lloveras se encuentra entre los pocos artistas que pueden manejarse sin esfuerzo entre técnicas y las dimensiones que diferencian la pintura de la escultura. 

Entrenada como pintora, ella se intereso en la arcilla desde hace muchos años para “salir de la pared” y así dar una caridad de texturas a sus superficies y un contenido novedoso a su imaginería. Actualmente ella crea pinturas, acuarelas, gráficas dibujos, instalaciones de baldosas de cerámicas y esculturas en arcilla que son tan abundantes tanto en materia orgánica y como en texturas. La experiencia de trabajar en arcilla amplia la habilidad de la artista para acrecentar la superficie de una pintura y facilita la experimentación mas profunda de sus formas y materiales. Es la profundidad de su envolvimiento físico con sus materiales lo que distingue a las obras de Connie y les da resonancia emocional. Su repertorio personal de imágenes, signos y símbolos se dota de una nueva constitución y sentido como objetos táctiles. 

El vocabulario de símbolos que Lloveras ha desarrollado a través de los años es un indicio de su profundo interés en el orden, las tribulaciones, los dones y temporalidad de la vida. Como mujer, madre, esposa u artista; ella ha luchado para mantener el equilibrio adecuado y poder concentrarse en sus necesidades creativas y emocionales. Sin duda, las imágenes que crea representan estos papeles: formas de casas, manos, senos, arboles, cruces y círculos (Son estos) símbolos especialmente fervorosos y emocionales. Los títulos de sus obras también delatan el significado de este repertorio artístico como mas que meras figuras y formas estéticas. “Palabras Mudas,” “Jardines Interiores,” “Fe Ciega,” “Ensilencio,” “Aceptación,” “Obstáculos,” “Pruebas de Resistencia,” “Se Desborda la Copa,” y “Entre la Espada y la Pared,” están entre los mas mordaces y reveladores. Estos expresan intereses universales que superan las épocas y van mas allá de la trivialidades para invitar al espectador a responder e identificarse con este arte como un objeto emocional. 

Connie Lloveras usa símbolos en interesantes arreglos competitivos que aparecen como formas únicas de representación, apropiación, combinación y narración. Ella manipula los símbolos sobre lienzo o arcilla para que puedan ser experimentados como un objeto físico, una configuración abstracta, un asociativo psicológico o emocional, un recipiente para pintura o material aplicado y/o combinaciones de cualquiera de estos. A ella le interesa mucho mas que la representación realista de una idea, el poder poético personal que lleva a que el espectador reconsidere formas normales de identificar y percepción cuando ve una imagen Por ejemplo, una casa tiene associations tanto abstractas como directas. Estas hacen alusión a la experiencia humana, por lo tanto como objeto artístico simbólico tiene potencial tanto figurativo como narrativo. La casa se convierte en una alegoría de las experiencias de vida de artista, particularmente cuando son descrita por una mujer consciente de las expectativas de su papel en un ambiente domestico. Las alas también son símbolos asociativos potentes que pueden traer a la memoria la espiritualidad (ángeles) o la naturaleza (aves). Son símbolos de vuelo, escape, libertad y belleza. La naturaleza es omnipresente y una fuente muy significativa de inspiración en su trabajo. El cosmos efecto los ciclos de vida. El sol sugiere luz y calor y es la base de toda las vida, así como del pasar del tiempo. 

Figuraciones evocativas de diosas de la fertilidad y totems antiguos están cargadas de ritual e historia y del poder de la Feminidad Divina. Lloveras utiliza señales que pueden ser interpretadas en varios niveles, sin asumir una posición retórica determinada por la artista. Esta puede ser vista como metáfora de un vacío psicológico y espiritual en un mundo donde a menudos es realmente difícil comunicarse con otros. La colocación de las figuras y su relación con otros objetos, texturas y trazos fuerza al espectador a confrontar su propia soledad o sentido de alienación, a la vez que contempla el poder de la espiritualidad desde sus conocimientos ancestrales. Su arte presta atención al mundo que ocupa, especialmente al mundo de la artista. Consciente e inconscientemente, Connie Lloveras crea imágenes que manifiestan los mitos, buenos después de símbolos y misterios que dominaron históricamente al arte de la pintura y la escultura por miles de años, y que son ahora revelados dentro del contexto de la vida moderna. 

Dentro de sus composiciones que pueden ser tan planas como solidas y volumétricas, en objetos que juegan con texturas superficiales para reforzar la implicación de un simbolo; Connie Lloveras crea una sutil tension entre planos abstractos y relieves ilusorios, la cual es posible gracias a su maestría tanto de la pintura como de la escultura. De particular interés es la forma gracias a s u maestría tanto de la pintura como la escultura la cual la artista sugiere códigos primitivos que emergen de sus combinaciones de contornos figurativos, jeroglíficos y signos derivados del graffiti, los cuales indican preocupaciones colectivas y personales, imagines naturales e híbridas, y formas solidas. Hay un indicio del poder de la redención en cada una de ellas. Es como si la artista pudiera purgar al mundo de sus problemas, y por ende, los propios, creando un lenguaje abstracto y proyectando en obras de arte.